Lo que Europa se juega el domingo
El domingo se celebran elecciones europeas, y de ellas saldrá un nuevo Parlamento y, meses más tarde, una nueva Comisión que deberán enfrentarse a un escenario global todavía más complejo de el de sus predecesores. Nos jugamos mucho porque Europa se juega mucho.
La situación económica europea es más frágil de lo que parece. A primera vista, los datos son mucho mejores que hace un año, pero nunca hay que olvidar que estamos saliendo de una crisis generada por una guerra que aún no ha terminado: tan solo se ha estancado. En los próximos meses cabe esperar novedades en torno a la guerra de Ucrania, y habrá que reaccionar con valentía. Cabe esperar novedades porque no es realista pensar que se podrá mantener el statu quo mucho tiempo: o se alcanza algún acuerdo de alto el fuego entre Rusia e Ucrania (que difícilmente abordará a corto plazo cuestiones territoriales, pues sería políticamente inadmisible por ambos líderes), o alguna de las partes tendrá que ceder. Si es Ucrania, Europa tendrá un serio problema.
Eso no quiere decir que Rusia no tenga otros problemas: entre otras cosas, porque no se siente cómoda con su creciente dependencia de China, quien le ha estado ayudando a evitar las sanciones comprándole petróleo y vendiéndole equipamiento tecnológico y militar. Rusia ha conseguido recolocar la mayoría del petróleo que Europa ha dejado de comprar, pero no el gas, porque redirigirlo a China requiere la finalización........
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