Copiamos el mismo sistema, tenemos los mismo problemas
El problema de España es que la oposición da ventajas concretas, pero sobre todo inoportunas, como las que les dieron a Maduro sus respectivas oposiciones en el momento en que pensaban que la sangre no iba a llegar al río. Lo que consiguieron ha sido un río de sangre. Que ya ha comenzado en Venezuela y no se sabe cómo puede terminar, ni cuándo.
Hoy el mundo mira perplejo, como si fuera algo nuevo, lo que ya estaba pasando. Un gobierno que no se puede ir, porque comete cada día crímenes de lesa humanidad, que no se puede esconder porque sabe que los lugares a los que podrían irse como China, Rusia o Cuba, van a preferir que mueran en el intento. Los militares locales conocen la fuerza del amigo si se torna enemigo, ellos son los que más miedo tienen.
En 2012, en un encuentro profesional de consultoría política, la mesa de enlace venezolana, una de las primeras reacciones concretas de la oposición, quiso reunirse conmigo. Acepté gustoso y así lo hicimos, al aire libre, en los jardines de la Universidad Iteso, una institución jesuita muy prestigiosa y con un campus impresionante. Fue una charla informal pero larga, fueron muchas preguntas y respuestas, pero recuerdo que por aquel entonces me preguntaron por su candidato Capriles, un chico joven de cabello alborotado y nariz aguileña que, junto con ellos y sin quererlo, le hacían el juego perfecto al chavismo. Mi........
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