Sánchez, la parálisis y el asco
Sánchez lo ha logrado: somos un país de 50 millones de habitantes secuestrado por una familia mafiosa y obsesionado por cómo librarnos de ella. Hemos caído en la parálisis mental y en el asco físico. Si usted tiene la desgracia de no poder evitar pensar, intente pensar en algo distinto al Fraudillo y su rastro de putrefacción. Para esta columna tenía una docena de temas mucho más agradables que la corrupción de la famiglia, el “geiser de mierda” -en gráfica expresión de Jorge Bustos- sobre el que el Número Uno salta y rebota como el huevo vacío del Corpus sobre la fuente de la catedral barcelonesa.
Pedro quería pasar a la historia, como su antecesor y compinche Zapatero, y a fe que lo ha conseguido: ha logrado asquear a millones y paralizar las energías de un país entero. Porque no sabemos ya qué hacer para librarnos del causante de este mal colectivo. Intenta pensar en cualquier cosa importante, y verás como en nada la sombra del sátrapa narcisista, maquiavélico y egocéntrico, se interpone hasta impedir la meditación igual que Charlot solo podía pensar en su hambre hasta comerse una bota en La quimera del oro.
Reparemos, por ejemplo, en el drama de la vivienda para esos cientos de miles de jóvenes que no pueden ni alquilar un piso modesto en una gran ciudad ni aún teniendo un empleo normal, incluso dos. Pues bien, es ponerse a pensar en qué podría hacerse para remediarlo cuando se cuela la imagen de Jessica, la amante de pago de Ábalos, con su lujoso nidito de amor pagado por Aldama en la Torre de Madrid a cuenta de ingresos inconfesables. En la España de progreso los........
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