Mentiras: retrato de una época insuperable
¿Hay alguien capaz de retener todos los casos judiciales que cercan a Sánchez, su familia y partido? ¿Capaz de recordar la incesante sucesión de escándalos y rufianes que se suceden en cascada desde hace seis largos años, precedidos por los del PP y la ruinosa era Zapatero? ¿ERES andaluces, el fraude electoral interno de Sánchez y su tesis plagiada, Tito Berni, caso Delcy, trama Koldo? Lo dudo, salvo si se dedica uno a esta materia en exclusiva. Por fortuna nos informan el periodismo independiente y el ciudadano de las redes, que viven una edad de oro ante el espanto de la prensa dinosaurio mantenida para encubrir y falsificar. A pesar de ellos, basta una búsqueda en internet para reconstruir la lista de fechorías que no cesa y amenazan con derribar este penoso castillo de naipes.
Pero está tardando. Por eso la pelea entre los programas de entretenimiento televisivo, el oficial de Broncano pagado por todos, y el de Motos que pagan sus anunciantes, ha derivado poco menos que a asunto de Estado. Puede parecer un ejemplo de la degeneración de la opinión pública, y lo es, pero porque aporta un retrato de época insuperable: la mezcla de mentiras, política sucia y entretenimiento ha desplazado a la información veraz, la democracia y el debate en busca de la verdad.
No es nada nuevo, pero sin duda esta España actual ha batido un nuevo récord de la política reducida a sistema de la mentira y la corrupción sistémica, degeneración que parecía exclusiva del totalitarismo. El caso del Fiscal General del Estado filtrando datos privados en mensajes acompañados de chacotas y risas sobre envenenar al novio de Ayuso........© Vozpópuli
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