El peor bloqueo es el mental
Seguro que conocen el famoso microrrelato de Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Representa con perfección la tendencia humana a huir de la realidad hostil remitiéndola al baúl de los malos sueños. Los anglosajones tienen otra expresión parecida para referirse a esta huida: elephant in the room, ese elefante en la habitación que nadie quiere ver. Estas formas de negación evasiva forman un bloqueo mental, la incapacidad de confrontar realidades desagradables esperando que se esfumen cambiando de tema.
Pondré un ejemplo que conocí en persona. Durante los años de plomo vascos dediqué mucho tiempo y esfuerzo a tratar de explicar por toda España lo que pasaba y pasábamos los constitucionalistas vascos y víctimas de la banda. Una vez me invitó un amable grupo de jueces y magistrados; tras la exposición habitual de las agresiones, atentados y amenazas cotidianas, uno de ellos dijo cándidamente: “pero eso que ha contado usted no puede pasar, es ilegal”.
La fe en las leyes como mágicos talismanes capaces de convertir en mal sueño al dinosaurio del delito está muy extendida (por ejemplo, prohibir la violencia para que desaparezca). Hay muchos convencidos de que la Constitución es, por sí sola, el detente-bala capaz de impedir todos los desmanes; al fin y al cabo, es una creencia extremadamente cómoda que justifica la inacción, la pasividad y la siesta perpetua. Recuerden a Mariano Rajoy insistiendo en que no habría referéndum separatista en Cataluña simplemente porque era ilegal, y........
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