Refugees, ¿welcome?
La alcaldesa podemita de Madrid, Manuela Carmena, demostró su buenismo izquierdista con el celebrado eslogan, colgado en gran formato en la fachada del Ayuntamiento, que daba la bienvenida a los refugiados. Por supuesto, existe una obligación no sólo humanitaria, sino dictada por el derecho internacional, de acoger a aquellos extranjeros que huyen de la guerra, de desastres naturales a gran escala o de la persecución política o religiosa. Sobre este punto no hay discusión, salvo que se practique la xenofobia fanática. Ahora bien, para auxiliar a personas en tan penosa situación los Estados aplican procedimientos reglados sujetos a disposiciones legales y a tutela y control gubernamental y judicial. El que llega a una frontera en tal situación solicita asilo formalmente y se ajusta a lo previsto por la normativa para estos casos. España recibió en su momento a miles de exiliados que escapaban de la amenaza de la dictadura militar argentina y alberga ahora a una gran cantidad de venezolanos amenazados por la tiranía criminal de Maduro, aunque los ejemplos son abundantísimos y la lista de éxodos de supervivencia sólo en este siglo y el pasado a nivel global es trágicamente larga.
Este fenómeno no tiene nada que ver con el desfile de cayucos repletos de emigrantes, en un alto porcentaje hombres jóvenes y saludables, que acuden a nuestras costas en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida, deseo comprensible y respetable, pero materializado por su parte de forma ilegal y contra las preferencias de una abrumadora mayoría de españoles, especialmente si viven en........
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