El PP, ¿centrado en el futuro o rodeado en el presente?
El desastre electoral que ha dejado exánime y desorientado al Partido Popular es el final de un proceso que se ha venido gestando desde hace mucho tiempo y atribuirle a Pablo Casado la culpa sería manifiestamente injusto. Al actual presidente del PP le ha correspondido el ingrato papel de albacea de una herencia envenenada. Como suele suceder en los partidos políticos, sus rivales internos han aprovechado la ocasión para debilitarle y obligarle a cambiar de estrategia y de mensajes. La sustitución de Javier Maroto como director de campaña de cara al 26 de Mayo ha sido el sacrificio humano exigido para calmar a los iracundos barones, aunque en honor a la verdad lo sorprendente es que le nombrase para esta difícil misión, porque ni reúne las cualidades necesarias ni se ha distinguido nunca como entusiasta de la línea de firmeza ideológica que Casado emprendió tras el Congreso Extraordinario que le elevó a la jefatura.
La abundancia en los medios de caricaturas de Rajoy entregado a una relajante siesta describe perfectamente el problema del PP desde 2004 en adelante
En principio, el planteamiento de la nueva etapa surgida de la derrota de SSS en el cónclave del 20 de Julio del año pasado resultaba de todo punto lógico y acertado. Dado que la multiplicación de casos de corrupción, el lamentable desperdicio de la mayoría absoluta de 2011, la pasividad pusilánime frente al separatismo y el vaciamiento conceptual que había caracterizado la era........
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