A dejar que nos transforme, que nos haga más fuertes…
En algún lugar de su conferencia sobre el sueño y la pesadilla, el lector amable y atento que fue Borges aludía a J. W. Dunne y su libro Un experimento con el tiempo más o menos de la siguiente manera: «Recuerdo ahora el libro de Dunne... No estoy de acuerdo con su teoría, pero es tan hermosa que merece ser recordada».
Esas palabras tienen algo de declaración ética, de gesto revolucionario, de revelación, al menos en nuestros dogmáticos tiempos modernos. Escuchar sin necesidad de aprobar, honrar todo lo que brilla, aunque no se corresponda siempre con la forma en la que pensamos.
De la misma manera, haríamos bien en acercarnos a dos pensadores que de suyo suelen suscitar pasiones vehementes y encontradas, bien sean de rechazo o de adhesión. Siempre despertando elogios o censura por las mismas razones; que ateos y nihilistas, que trágicos y descreídos, que escritores magistrales, que lúcidos y visionarios, estos dos pensadores son Schopenhauer y Nietzsche.
Como Borges podríamos decir: «recordemos ahora sus libros. No siempre estamos de acuerdo con ellos, pero son tan hermosos, tan curiosamente extraños, que merecen ser recordados». Este año, por lo demás, se cumplen 165 años de la muerte de........
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