Que el miedo cambie de bando
Esta semana, el miedo y el dolor nos golpeó de nuevo. Lo sentí en la voz de mis amigos, gente honesta y preparada que ha dedicado su vida al servicio público. Dos de ellos, que pensaban lanzarse a las próximas elecciones, me han confesado que ya no lo harán. Uno, padre de dos hijos, fue contundente: “Mucho miedo”. La otra, conmovida hasta las lágrimas, me confesó una duda que la consume: “¿Vale la pena?”.
Siento una rabia inmensa, una tristeza profunda. Y mi respuesta es una sola: un NO rotundo. No podemos, bajo ninguna circunstancia, permitir que el miedo gane esta batalla.
Este es, precisamente, el objetivo de quienes asesinan, de los que siembran el terror, de los que buscan destruir nuestra democracia. Quieren que nos callemos, que nos paralicemos, que renunciemos a la participación. Saben que, si el miedo se impone en los corazones de los ciudadanos honestos,........
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