El fracaso del Presidente al invocar la ley marcial revela la solidez de la democracia en Corea del Sur
Hace apenas un año, el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, se dirigió al Parlamento británico con un discurso en el que elogiaba al país como cuna de la democracia liberal. Y prometió que Corea del Sur se uniría al Reino Unido en la promoción de la libertad, la paz y la prosperidad de la comunidad internacional.
Esta semana, Yoon dio un aparente giro de 180 grados en su defensa de la democracia, sumiendo al país en la confusión al convocar la ley marcial de emergencia. En un discurso televisado a la nación, afirmó que era necesario proteger al país de las fuerzas “desvergonzadas, pronorcoreanas y antiestatales”. También dijo que había llegado el momento de “reconstruir y proteger” a Corea del Sur para que no “cayera en la ruina”.
En pocas horas, los legisladores que se encontraban en el hemiciclo de la Asamblea Nacional y los ciudadanos que salían a la calle revocaron rápida y decisivamente la decisión de Yoon y le obligaron a dar marcha atrás. Fue una demostración contundente de la democracia surcoreana.
Fue un recordatorio de que esta es una Corea muy diferente a la que emergió de las garras de las persistentes dictaduras militares y la frecuente imposición de la ley marcial a finales de la década de 1980.
Los miembros de la Asamblea Nacional, algunos de los cuales habían escalado vallas y empujado barricadas militares para entrar en la cámara, votaron unánimemente en........
© The Conversation
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