Lujo Made in China: El escándalo que desnuda la mentira detrás de las marcas exclusivas
Durante años nos tragamos la historia completa. Que si la herencia artesanal, que si los talleres familiares en Toscana, que si la piel curtida a mano por monjes bendecidos por el papa. Ok, exagero. Pero lo cierto es que marcas como Louis Vuitton, Gucci o Dior lograron convencernos de que sus productos valían lo que costaban porque eran obras de arte.
Y sí, lo fueron. Por un tiempo. Pero luego pasó lo que siempre pasa cuando el capitalismo mete mano: el arte fue desplazado por la ambición, y la exclusividad, por la eficiencia. Las casas de lujo dejaron de ser casas, y se convirtieron en corporaciones obsesionadas en más y más ganancias, sin importar que se destruyeran décadas de historia y tradición.
En algún punto —bien calculado, por supuesto— decidieron que mantener talleres en Francia o Italia era demasiado caro. Así que los cerraron. Tal vez no por completo, pero tercerizaron la producción, se mudaron a China, o contrataron maquilas chinas y pusieron en marcha la fábrica de logos. El........© SDP Noticias
