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El ideal democrático como aspiración universal

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23.05.2025

En la historia del ser humano, uno de los elementos de evolución como ser esencial y naturalmente social ha sido la manera de tomar decisiones, de ejercer el poder, de ampliar y ensanchar las posibilidades de tener en cuenta las propuestas de la mayoría del grupo, de la comunidad. Ese carácter de ser social, clave para la idea democrática (el ejercicio del poder por el pueblo), fue expresado de manera magistral por Aristóteles en su Política, hace ya veinticuatro siglos, con esta conocida frase: “la naturaleza arrastra pues instintivamente a todos los hombres a la asociación política”.

En los últimos siglos de la historia universal, una vez finalizada y superada la Edad Media, hemos evolucionado desde el absolutismo extremo que personalizaba en el monarca al propio Estado (ya lo dijo Luis XIV de Francia, el Rey Sol: “el Estado soy yo”), hasta sociedades democráticas avanzadas, con sufragio universal y mecanismos de participación popular directa, situación en la que nos encontramos ahora en una parte del planeta, pasando por una fase histórica intermedia, desarrollada en Europa y América del Norte (antiguas colonias británicas) a final del siglo XVIII y durante el siglo XIX, de nacimiento de la idea liberal y constitucional, de revoluciones, de fines traumáticos de las monarquías en algunos casos, de declaraciones de derechos, de proclamaciones de Constituciones, todo ello con muchos episodios de avances y retrocesos. Esto último es clave, la idea democrática no es absolutamente estable en su evolución histórica, como veremos. Ni tampoco lo es ahora, justo en la mitad de la tercera década del siglo XXI.

En esa época del triunfo de la razón y las luces, Charles de Secondat, barón de Montesquieu, publicó una obra clave en la historia de la democracia en Europa, El espíritu de las leyes (1748), que expresa las tres formas de gobierno, la republicana, la monárquica y la despótica, indicando que “el gobierno republicano es aquel en el que todo el pueblo, o al menos parte de él, detenta el poder supremo”. Aquí tenemos uno de los pilares teóricos centrales de la idea democrática contemporánea, que sin duda tuvo una influencia trascendental en la propuesta constitucional que surgiría unas décadas después, como hemos apuntado antes, en Europa y América del Norte, ideas y propuestas que........

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