La ira de Trump: el cerco contra migrantes y refugiados
Durante las últimas semanas ha sido brutal el freno impuesto contra la movilidad de migrantes y refugiados transitando por México con destino hacia Estados Unidos. Prácticamente ya nadie intenta el cruce irregular de la frontera, ni puede acercarse a algún puerto fronterizo para solicitar asilo. Todo está cerrado, jurídica, material e incluso militarmente conforme a la cruda estrategia impuesta por el gobierno de Donald Trump.
Nada antes había sido más severo que el actual cierre fronterizo. Nunca el gobierno de México había formado parte activa de un bloqueo que incluyera la presencia del Ejército y Guardia Nacional justo al borde de la línea divisoria, inhibiendo cualquier acercamiento. Con ese panorama enfrente ¿se puede más dureza?
En poco tiempo pasamos del momento con más personas en movilidad de la historia a una etapa con la escala más reducida. Ni siquiera durante la pandemia del covid-19 –que paralizó al mundo– se registraron menos “encuentros” que los actuales.
En diciembre de 2023 las autoridades migratorias de Estados Unidos reportaron más de 300 mil encuentros con extranjeros en su frontera sur. En abril de 2025 fueron apenas 12 mil. De esa dimensión es el abrupto giro y cambio de época de los procesos migratorios y de refugio. En estos días de radical contención somos solamente mexicanos quienes nos atrevemos a intentar el cruce fronterizo de manera irregular (80%) y casi nadie de otros países.
Hasta hace poco tiempo el flujo mexicano hacia Estados Unidos era importante y tenía una composición dual: el derivado de factores económico laborales (representado principalmente por la movilidad de adultos solos) y el derivado del desplazamiento forzado causado por las violencias y el crimen (representado por la movilidad de personas en grupo familiar).
En la coyuntura en curso, para unos y otros las alternativas en........
© Proceso
