menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Batres, la incomodidad de la congruencia

4 10
yesterday

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La incorporación de Lenia Batres a la Suprema Corte no se redujo a un trámite más dentro del engranaje institucional del país. En lugar de encajar en el molde tradicional —discursos solemnes, aceptación discreta de privilegios y un silencio reverente ante la estructura de beneficios que la rodea— su ingreso se presentó como un gesto disruptivo. De inmediato renunció a los seguros privados pagados con fondos públicos, ajustó su salario al mandato del artículo 127 constitucional y publicó oficios que desvelaban ventajas económicas, hasta entonces guardadas con recelo. No se limitó a pronunciar palabras sobre austeridad; la vivió en carne propia. Esa diferencia resulta crucial. En un contexto donde la retórica suele encubrir verdades incómodas, ella optó por el camino más arduo: transformar su biografía en una prueba palpable. ¿El resultado? Un espejo erigido en el centro de la Corte, que devolvía la imagen de las contradicciones de un poder habituado a exigir sacrificios al exterior mientras se aferraba a privilegios internos. Fue entonces cuando el sistema respondió con el despliegue inmediato de técnicas de comunicación política concebidas para estigmatizarla y aislarla.Véase si no.

Primero. El gesto de Batres abrió un debate inevitable: si ella puede vivir con menos, ¿qué justificación tienen los demás para aferrarse a más? Esa pregunta, simple pero devastadora, colocó a la Corte en un terreno incómodo. Por primera vez, una de sus integrantes se presentaba no solo como juzgadora, sino como ejemplo que desmantela la supuesta normalidad de los beneficios. En lugar de discursos grandilocuentes, se sirvió de papeles sellados, de recortes como evidencia y de actos que cualquier observador........

© Proceso