A principio de los años 70, finales de los 60s, no se comentaba nada de los “emprendedores”, de delivery y de otros oficios; hoy de moda, pero… sí existían.

Aquí en nuestra bella Ciudad Guayana, en la esquina de lo que era Supermercado CADA (propiedad de los Cisneros) hoy día conocido como Pekín, se instalaba todas las tardes, Omar Loaiza (mono blanco) persona que venía del barrio El Cementerio de Caracas con un carrito el cual se dio a conocer como “Chefito” donde se disfrutaba de unos sabrosos perros calientes a bolívares 0,50 cada uno y en las tardes se acompañaba con una espumante la cual costaba 0,75.

Luego se instaló en la acera del frente “El Socio”, las mejores hamburguesas de toda la ciudad, después de algunos años llegó una familia colombiana, presentándose con un “carromato” bien equipado y ofrece los mejores pastelitos de la ciudad, papas rellenas, hamburguesas, sabrosos jugos de frutas, llama la atención, donde un grupo familiar bien coordinado trabaja de manera constante para satisfacer el gusto de cada quien que los visita, convirtiéndose en lugar de encuentro en horas tempranas, su nombre no le he visto escrito en el lugar donde debe estar pero todos los conocemos como “El Junquito”.

Hablando con la señora –Norelys Molina-, nos comenta que trabajan desde horas muy tempranas y el resultado ha sido positivo, teniendo algunos altibajos; en pandemia al igual que muchos, hubo que cerrar, pero no ha sido motivo para no reintentar y reinvertarse.

“Somos un grupo de familiares colombianos que apostamos por este país que nos acogió y del cual nos sentimos orgullosos, aquí estamos........

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