«Buscar el encuentro siempre; jamás el encontronazo»
Nuestra propia vida debe contar con el estimable propósito de ser, un permanente encuentro sorpresivo con aquello que nos acompaña, incluidos nuestros semejantes, y un reencuentro consigo mismo. Necesitamos hallarnos corazón a corazón, para la concurrencia de latidos en un mundo repleto de ofensivas, que ha de fraternizarse y no destruirse. Sin duda, tampoco es saludable para nadie mantenerse distante, ni indiferente o pasivo; la cercanía es fundamental en un planeta, totalmente globalizado, que requiere del don de la concordia entre semejantes. Hemos de entrar en diálogo, sin exclusiones de ningún tipo, sabiendo que nadie tiene la verdad absoluta. Por eso, es vital escucharse, atenderse y entenderse, unirse y reunirse en alianza, para conciliarnos entre sí.
Seamos responsables, pues; comprometámonos en defender y proteger los derechos humanos, poniéndonos en disposición de esas gentes, que son víctimas de un aluvión de........
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