Romance del buen timador
Si los tramposos abundan,
será porque hay gente lerda;
pues no habría estafador
sin una víctima cerca.
Uno, precisa del otro;
bien avenida pareja;
son tan culpables los dos:
peca el tonto de inocencia,
cree ser él quién engaña
y el pobre, no se da cuenta
de que nadie en este mundo
da duros a dos pesetas.
Que, de vez en cuando, a alguno
lo pongan en evidencia
al fin y al cabo, es asunto
que sólo a un idiota afecta.
Cuando ese mismo proceso,
el timador y su presa,
se traslada a la política
la cosa es mucho más seria.
Millones son los timados;
millones que no se enteran.
Les ponen un caramelo
ni es caramelo siquiera
pues que, por lo general,
tan solo es falsa promesa;
Ellos pican el anzuelo
y el timador, no los suelta.
Algunos hay que reciben
como cebo, una miseria;
ya se la dieron con queso
tan convencidos se quedan
de haber sido los........
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