Romance de tiempos aquéllos
¡Pobre España, encadenada,
tierra, antaño, de hombres recios!
Hoy pastan tu piel de toro,
no toros de bravos cuernos,
la hidalguía por bandera,
y el orgullo, por concepto.
Hoy ¡cuánto duele decirlo!
los más, son mansos corderos
agradecidos al lobo
que los tiene prisioneros.
Y si algún daño perciben,
es, su protesta, el silencio
resignación, su bandera,
¡sin, ni siquiera, un lamento!
España, llanto y vacío,
camino del matadero,
mansa, mansa, mansa, mansa…
Y, muchos, no quieren verlo!
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