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la globalización de la intifada y el precio del silencio

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16.12.2025

La comunidad judía de Sídney celebraba ayer, domingo, 14 de diciembre, la llegada de Hanukkah. Una festividad de luz, memoria y resistencia. Un momento de reunión religiosa, familiar y comunitaria. Fue entonces cuando irrumpió la barbarie. El atentado terrorista perpetrado contra la comunidad Jabad no fue un “incidente”, ni un “suceso”, ni un episodio confuso susceptible de eufemismos periodísticos. Fue un atentado terrorista antijudío, con al menos doce personas asesinadas y decenas de heridos. Nombrarlo importa. Ocultarlo también dice mucho. Y callarlo tiene consecuencias.
Lo ocurrido en Bondi Beach, uno de los espacios públicos más concurridos de Australia, no es un hecho aislado ni una anomalía imprevisible. Es la recolección de lo sembrado durante años en el terreno político, mediático y cultural de Occidente. Cuando se siembran vientos de ambigüedad moral, relativismo ideológico y tolerancia hacia consignas de odio, se recogen tempestades de sangre.

Desde el atentado contra la AMIA en Buenos Aires en 1994, con 85 muertos, hasta los ataques más recientes en Copenhague, Pittsburgh, Poway, Halle, Yerba, Washington, Manchester y ahora Sídney, el patrón es constante y obstinado: las sinagogas, los centros comunitarios judíos y las festividades religiosas son el objetivo prioritario. No instalaciones militares. No sedes gubernamentales. Judíos desarmados, identificables, reunidos para rezar o celebrar.

El 14 de febrero de 2015, en Copenhague, un fundamentalista islámico asesinó a personas en un centro cultural y posteriormente en una sinagoga. En octubre de 2018, un supremacista mató a once fieles en Pittsburgh. En 2019, en Poway y Halle, los ataques volvieron a dirigirse contra sinagogas en días de especial significado religioso. En 2023, en Yerba (Túnez), el ataque volvió a producirse en las inmediaciones de una sinagoga. En Washington, empleados de la embajada de Israel fueron asesinados al grito de “Palestina libre”. En Manchester, un atentado durante Yom Kippur volvió a mostrar el mismo patrón.

Sídney no rompe la serie. La confirma.

El Gobierno australiano........

© Periodista Digital