Pequeñas f(r)icciones: Lo Noblecilla no quita lo Cerrón
¿Cuánto puede durar una amistad en medio del incesante y violento devenir político? ¿Qué tan resistentes son la fraternidad, el aprecio y la estima cuando son sometidos a los embates de la política peruana? Estas y otras interrogantes similares vienen a cuento por el reciente y decidor intercambio de puyas entre Vladimir Cerrón y Raúl Noblecilla. Vamos a ver si resolvemos este entuerto.
Estamos a fines de agosto de 2021. Todavía sin creer lo que el destino y el antifujimorismo le habían deparado, Pedro Castillo estaba en Palacio de Gobierno celebrando su primer mes de gobierno. Dentro de todo, no había tenido todavía mayores contratiempos. Por supuesto, no faltaron los aguafiestas, ni los sensibles que lo criticaron solo por haber nombrado como presidente del Consejo de Ministros a Guido Bellido. Como si estuviera mal tener un premier que admire y rinda homenaje a Edith Lagos, conocida integrante de Sendero Luminoso. ¡Qué falta de tolerancia! Sin embargo, el que no la pasaba muy bien era su mentor político, Vladimir Cerrón. Ese mismo día, en el contexto de una investigación por lavado de activos, la Fiscalía allanó su vivienda. Es ahí que aparece, en toda su dimensión, su abogado cuyo nombre, amable lector, ya se imaginará: Raúl Noblecilla. Apenas un par de periodistas se acercaron a él, puso su cuerpo lo más vertical posible y sentenció: “Esto tiene intereses políticos”. Fue toda una declaración de principios, aunque no aclaró si se refería al allanamiento o a su militante cerronismo.
Ahora estamos en diciembre de 2022. Dieciséis meses y 80 ministros después, el gobierno de Pedro Castillo tambaleaba como un beodo buscando un caldo de gallina a las seis de la mañana. Quizá un poco más. Y mientras la prensa se hacía un festín........





















Toi Staff
Sabine Sterk
Gideon Levy
Penny S. Tee
Waka Ikeda
Daniel Orenstein
John Nosta
Grant Arthur Gochin