El primer lector de la obra de Mario Vargas Llosa fue su compañero de carpeta en La Salle, en la Lima de fines de los años cuarenta. Mario había entrado a ese colegio después de vivir un año en Piura con su familia materna y enterarse, ahí, de que su padre no estaba muerto. Ahora vivía junto a él y su madre en una casa de la avenida Salaverry donde se sentía más solo que nunca. En ese entonces publicaron una revista escolar llamada Inca, en la que Mario escribió un poema llamado “Locuras” y su compañero un homenaje a Cristóbal Colón. Al año siguiente se perdieron de vista: uno entró al colegio Leoncio Prado, donde continuó escribiendo, y el otro se quedó en La Salle, donde continuó leyendo. Veinte años después, el compañero publicaría Mario Vargas Llosa: La invención de una realidad, uno de los libros capitales para comprender la obra del Premio Nobel de Literatura.

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Terminada la función, nuestro laureado escritor se dio tiempo para conversar y agradecerle a todo el equipo y a los miembros del elenco por la magnífica función que hicieron para él

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El libro de José Miguel Oviedo no fue el primero en publicarse sobre el escritor, sino Mario Vargas Llosa y la........

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