Correr una maratón es, en muchos sentidos, como construir una ciudad. Requiere planificación, constancia y, sobre todo, colaboración. Este año tuve la oportunidad de participar en dos de las grandes maratones del mundo: Sídney y Chicago. En ambas, más allá del desafío deportivo, encontré una metáfora poderosa sobre cómo las ciudades —y las sociedades— se mueven hacia adelante cuando todos corren en la misma dirección.

En Sídney, la ruta serpentea entre íconos........

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