Tierras de nadie
Los luctuosos sucesos de Pataz vuelven a desnudar el paupérrimo trabajo del Gobierno en materia de seguridad. Se proclaman medidas drásticas, se culpa a los otros poderes del Estado, se prometen bases militares, pero lo cierto es que la bajísima o nula credibilidad del Gobierno no ayuda en absoluto a dar sosiego a la ciudadanía.
Casi todas las capitales importantes de nuestro país se encuentran bajo la amenaza permanente de la violencia delincuencial, que puede asomar desde cualquier vuelta de la esquina. Pero la ausencia –o la inanidad– del Estado en no pocas zonas de nuestra geografía andina o........
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