Alguna vez lo has pensado. No me mientas. No te sientas mal, no eres un padre/madre desnaturalizado(a). Estas líneas las escribo para abrir mis fantasías más oscuras y dar paso a las tuyas sin culpa ni remordimiento, a mí también me pasa que a veces me abordan unas irrefrenables ganas de meter de cabeza al water a mis tres retoños, pero luego me acuerdo que se atoraría el baño, tendría que llamar al gasfitero, gastar plata, comprar un water nuevo, etc., etc., y se me pasa.

Estás en la cocina, con el táper de la lonchera abierto, son las 6:30 a.m., tienes que preparar desayunos, ahorita pasa la movilidad a recoger a tu mostrito favorito. Descubres que la tarea del colegio está sin hacer y tu belleza de humano, tu hijito gritando, haciendo un escándalo porque el plátano tiene una manchita negra, y de pronto sientes ese pensamiento oscuro, visceral, que todas las madres del mundo como tú también lo sienten, pero lo callan porque no es socialmente bien visto: “QUIERO MATAR A MIS HIJOS”.

Tranquila. Tranquilo. No eres un engendro: eres un ser humano criando a otro ser humano, en Perú, en pleno 2025, a un año de elecciones presidenciales que te pondrán los ovarios/huevos de corbata y en un mundo que te exige trabajar como si no tuvieras hijos y criar como si no tuvieras trabajo. La perfecta imperfección.

Lo que hoy quiero decirte no es solo que es normal sentir frustración, es que es FUNDAMENTAL, NECESARIO, VITAL RECONOCERLA, EXPRESARLA Y GESTIONARLA. Porque, si no, esa emoción reprimida no desaparece. Se transforma en algo peor. Y tus hijos, tus relaciones, tu salud emocional y tu paz mental pagarán los platos rotos. Y, quién sabe, probablemente termines haciendo exactamente lo mismo que el salvaje que se empotró contra el restaurante El Charrúa en La Molina, tal cual escena de la película Relatos salvajes, pero en la cochera de tu casa.

Sin embargo, parece ser que de un tiempo a esta parte, los papis y mamis de esta generación se están sintiendo en la obligación de ser excelsos y, siguiendo el manual de “Como criar desde el altar de la........

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