La bronca por ver quién es la fiscal de la Nación lleva buen tiempo, pero esta semana dos señoras se han enfrentado sin guardar las formas. Nada nuevo. A lo largo de nuestra historia las dictaduras han necesitado jueces y fiscales que les aseguren que son inocentes, y que ayuden a meter en la cárcel a los opositores. Hay excepciones que honran al magisterio, pero solo confirman que la regla es otra. El pleito actual incluye procesos que se cruzan y superponen con abogados para todos los gustos, con argumentos legales que nadie entiende y con el riesgo de que a nadie le interese. No hay una opinión de prestigio que ordene el debate, que proponga sensatez y que evite que esta bronca dinamite nuestra vida constitucional, porque cuando dos bandos se pelean por controlar al Ministerio Público no es para garantizar que las leyes se cumplan, sino para proteger a los criminales.

En esta última temporada, el pleito dejó de ser legal para convertirse en político. En 2016 se destapa la corrupción. Los........

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