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Despreocupado ando

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18.08.2025

Hemos sufrido terremotos y, tanto como el pánico de que se nos caiga el techo o nos corte un vidrio desprendido, el problema es saber cómo sobrevivir hasta que se recupere la normalidad. En ese entretiempo no habrá agua, ni energía, ni transporte, ni podremos comunicarnos con la familia. Para eso es la mochila de emergencia, que —por recomendaciones de Defensa Civil— debiera tener agua y alimento (barras nutricionales, conservas) para las primeras 48 horas, ropa de abrigo, botiquín, medicinas (pastillas para el dolor, antibióticos y las que uno ande tomando), equipo de aseo, carga para el celular, linterna y una radio a pilas. Hemos aprendido de las desgracias, por eso, los edificios nuevos se construyen con estructuras que absorben la fuerza del sismo sin riesgo de desplomarse, templamos vidrios para que se pulvericen y no hieran, y el Estado tiene planes de emergencia para rescate y alivio. Vivimos una cultura que trata de evitar desgracias, que prevé riesgos, que mitiga daños.

Pasa también en la economía. Una empresa exitosa suele tener........

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