En los Campos Elíseos en París, frente al Arco del Triunfo, una familia llama mi atención en medio del agitado transitar de miles de personas. A unos metros, veo ondear una bandera del Perú. Lleva el escudo en el fondo blanco y, alumbrada por el sol del verano europeo, brilla hermosa a tanta distancia del país. La escena me emociona y me genera orgullo. No conozco a esos compatriotas, pero esos colores y los símbolos me evocan el sentido de identidad y hasta me siento parte de esa familia.

Ahora, con el reglamento que el Ministerio de Defensa pretende aprobar, ese inolvidable momento de una bandera y el escudo al sol —que todos lo vivimos en cualquier rincón del Perú y el mundo— estaría prohibido. Ningún peruano podría lucir........

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