Un shock desregulatorio de verdad, no de discurso
En tiempos en que el país necesita con urgencia dinamizar la inversión y reactivar la economía, el Gobierno ha prometido un “shock desregulatorio ambicioso”. Sin embargo, más allá del anuncio, la realidad es que el aparato estatal sigue operando con una lentitud exasperante, por no decir una porquería, trabando proyectos, encareciendo procesos y alimentando la informalidad con su inercia burocrática.
El shock desregulatorio, que se anunció con bombos y platillos, avanza cromo el cangrejo, para atrás, a pesar de ser una auténtica política de Estado necesaria a gritos. Todos los ministerios deberían estar alineados en esta agenda y trabajar........
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