Ha sorprendido la tan absurda remoción de los embajadores políticos Sardón (OEA) y Hakansson (Costa Rica), dos reputados juristas que habían sido nombrados en la OEA y en Costa Rica para precisamente enfrentar a la Corte IDH y la Comisión IDH en sus sedes respectivas. Aquí no solo se trataba de hacer una labor diplomática, sino básicamente jurídica, para enfrentar al lawfare del IDL y las ONG caviares contra el Perú. Y ambos estaban haciendo una magnífica labor contra las dos CIDH.

Como el nuevo canciller

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