La virtud, Taylor Swift, la purpurina y el baile
31/05/202430/05/2024
Fans de Taylor Swift. Imagen de archivo. Europa Press.Mi hija se examina la semana que viene de la EBAU. Mi casa ahora mismo es un pandemonium de apuntes -indescifrables para mí- de matemáticas y química, de nervios, quejas, inseguridades, ataques de pánico, dudas, enfado en algunos momentos, euforia en otros, noches sin pegar ojo, cenas y duchas a horas intempestivas y charlas motivacionales y consoladoras. En el horizonte están la Universidad pero también un verano prometedor. Ese Verano, el que marca el fin de una era y el comienzo de algo totalmente nuevo, excitante pero también aterrador.
En el ínterin su padre y yo hacemos lo que podemos para que la adolescente no se pierda en un mar de angustia y nervios y para que no viva obsesionada con las notas de corte que han convertido a las Universidades en otro campo de pruebas más del individualismo, la competitividad y la superstición de la cultura del esfuerzo. Como si todos los estudiantes partieran de las mismas condiciones sociales y materiales, como si no importara quién se ha podido pagar años de academias de inglés y clases particulares de mates y física, como si todo el mundo recibiera apoyo y ayuda en casa, como si todo el mundo comiera caliente tres veces al día.
En tiempos de auge de los discursos reaccionarios hubiera sido un milagro que este no se hubiera también apoderado del lenguaje educativo. Mientras las redes se llenan de quejas sobre la supuesta ignorancia, falta de respeto y vagancia de las nuevas generaciones, hemos dejado que también sean las leyes del mercado las que regulen la educación, haciéndonos creer que hay Bachilleratos -y por ende, alumnado- de primera, de segunda y de tercera regional y que todo depende exclusivamente del esfuerzo personal, mientras vamos dejando caer a la gente por el camino y hemos convencido a muchos de nuestros adolescentes para que estudien ciertas carreras dejándose guiar por algo tan resbaladizo y gaseoso como es el prestigio social y no por la vocación, la curiosidad o el gusto.
En mi santa casa, como supongo que en la mayoría de los hogares en la actualidad, nos comunicamos muchas veces por medio de memes y pegatinas del whatsapp. Nos las enviamos para mandarnos mensajes o simplemente para hacernos reír o levantarnos el ánimo, así que estos se han convertido ya en otro lenguaje más de amor y cuidados entre nosotros. Este lunes pasado, por ejemplo, me........
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