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“Clavileño”, la revista en que Eliseo Diego publicó su primer texto

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09.08.2025

Se sabe que José Lezama Lima, además de poeta, novelista y ensayista, fue un gran promotor cultural que entendió que una forma efectiva de divulgar la cultura y de mantener actualizados a los lectores de las últimas tendencias de la época, era a través de las revistas. En La Habana y en otras provincias se publicaron muchas revistas que trataban diversos temas. El suyo era la literatura.

Siendo todavía estudiante de Derecho, comenzó a publicar Verbum, que nada tenía que ver con el Derecho. De Verbum se editaron tres números en 1937, y ya en los dos primeros aparecen textos de Juan Ramón Jiménez, pues Lezama, por entonces un joven veinteañero, aprovechó muy bien la corta estancia del poeta andaluz en La Habana, quien, por cierto, siguió colaborando en las sucesivas revistas que Lezama fue editando.

Después de Verbum vino Espuela de Plata (1939 – 1941, Nadie Parecía (1942 – 1943) y Orígenes (1944 – 1956). Cabe destacar que en todas estas revistas siempre se incluyeron dibujos y viñetas de los más importantes pintores de aquellos años.

No es mi intención, ni mi especialidad, hablar de todas estas publicaciones. Me detendré en Clavileño (1942 – 1943), la única en la que Lezama no participó. Cintio Vitier y Gastón Baquero colaboraban en Espuela de Plata. Según contaban en mi familia, surgió una discrepancia fuerte entre ellos dos y Lezama, lo que provocó que ambos abandonaran la revista y que, por un tiempo, hubiese un distanciamiento entre ellos. El distanciamiento duró poco y, como todos saben, la amistad se reanudó.

Mis padres y tíos a cada rato recordaban con una sonrisa la “NOTA DE RECORRIDO” o editorial que escribió Lezama (último número, agosto de 1941) y que firmó como “Los Directores”, en la que, sin mencionar nombres, al final, señala: “Para mostrar más centro y concentración ESPUELA DE PLATA ha tenido que verificar algunos cambios, pero todos de poca importancia, que en nada alteran la propia impulsión, el perfil y la estela de la revista. Y así se muestra ahora y queda al fin más nítida y fragante”. Jugaban entre ellos con lo de “queda ahora más nítida y fragante”, incluso lo decían delante de Lezama quien siempre lo recibía con una sonora carcajada aunque algo apenado.

El primer número de Clavileño, “Cuaderno mensual de poesía” apareció en agosto de 1942. En total fueron siete, dos dobles (4-5 y 6-7). El último no especifica el dato del mes, solo “La Habana, 1943”. La revista la financiaban los autores, que eran todos muy jóvenes, de entre 20 y 30 años de edad, y se concebía y preparaba en la casa de las hermanas Bella y Fina García Marruz.

En el primer número los editores fueron: Gastón Baquero, Cintio Vitier, Emilio Ballagas, Eliseo de Diego, Justo Rodríguez Santos, Luis Ortega Sierra, Fina García Marruz, Bella García Marruz, Ernesto González Puig. Dibujos de Portocarrero y Felipe Orlando1.

El nombre lo tomaron del pasaje que se cuenta en la segunda parte del Quijote, capítulos 39, 40 y 41, a partir de la cruel burla que les hacen unos duques que conocían de la existencia del Quijote y de Sancho y los invitan a su castillo con el único propósito de mofarse de ellos.

Clavileño es un caballito de madera que tiene una clavija que debe utilizarse para activarlo y frenar y que los llevará por el aire para encontrarse con un hechicero y lograr deshacer un encantamiento. El Quijote y Sancho deben ir con una venda en los ojos.

El pasaje, como todos en el Quijote, es conmovedor y tierno (no entro en más detalles pues creo que es un pasaje muy conocido).

Los editores de la revista no se........

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