Apuntes sobre nuestra circunstancia
Quisiera compartir un recuerdo personal que pudiera tener cierta relevancia para entender el agravamiento de las circunstancias por las que atraviesa nuestro país.
Ocurrió que, en una divertida reunión de amigos, hace muchos años, me puse a conversar con un dirigente cubano que siempre me inspiró el máximo respeto y transparencia. Respeto y transparencia que se imponen, en nuestro caso, a desacuerdos muy concretos; demostrando, felizmente, que aquellos son centrales, y estos a veces no.
El caso es que en aquel festivo ambiente le pregunté a esta persona, con un candor a quemarropa, por qué Fulano, Zutano y Mengano estaban al frente de esta o aquella dependencia, de este o aquel instituto. ¿Acaso él mismo no los había nombrado? Y él me contestó, reciprocando mi respeto y transparencia: “Chico, esos cargos tienen muy poca demanda”.
Fue uno de esos momentos que se detienen en la memoria, y todavía me estremece. Era una respuesta enteramente honesta, y enteramente inaceptable, que me dejó sin palabras.
Durante un tiempo me tomé el trabajo de preguntar a algunos amigos o conocidos que me parecían reunir las competencias necesarias para ocupar esos cargos si estarían dispuestos a asumirlos, bajo determinadas condiciones. Ni uno solo lo estaba.
Era cierto, pues. Aquellos cargos no eran atractivos. Eso me pareció un síntoma peor que la corrupción común y corriente. ¿Cómo algo iba a funcionar alguna vez? La tradicional obtención de oscuras prebendas, ¿sería tal vez un paso adelante en el camino hacia la funcionalidad?
Con semejante premisa, cualquier batalla institucional estaba perdida de antemano, puesto que había en la base un filtro natural, más efectivo que cualquier proceso de selección: las........
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