Tenemos objetivos generales. ¿Y las metas concretas?
Hace poco más de treinta años entré al mundo de la dirección por objetivos de la mano de colegas mucho más preparados que yo en esas “técnicas”/“tecnologías”/instrumentos de dirección.
La dirección por objetivos se convirtió por entonces en un recurso moderno de la dirección de todas las organizaciones en Cuba.
En aquellos años se expandió su utilización; se capacitó a casi todos los empresarios y dirigentes de prácticamente todas las instituciones, desde las empresas más estratégicas y decisivas para el país hasta las más sencillas de todas las entidades.
Dirigir bajo la filosofía de la dirección por objetivos se convirtió en la tendencia predominante, casi una moda; luego se hizo norma.
Se creó un grupo en el Ministerio de Educación Superior que atendía este asunto y un grupo de profesores que se ocupaba de ayudar y evaluar la calidad del proceso y de los objetivos en cada uno de nuestros ministerios.
Luego de la institucionalización, vino la burocratización; después, la vulgarización.
De esa manera, la Dirección por Objetivos (DPO) fue deshaciéndose en nuestras manos y perdiendo aquellas virtudes que los propios textos que trataban sobre los problemas de la dirección le reconocieron.
El X Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba nos trajo la noticia de que el Programa de Gobierno para corregir las distorsiones y reimpulsar la economía —que no conocemos aun cuando tiene más de un........© OnCuba
