¿Cuánto puede crecer el sector privado en Cuba?
En Cuba persiste cierta resistencia conceptual hacia la adopción de la propiedad privada dentro del modelo socialista. Aunque esta figura está contemplada en la Constitución y en los documentos rectores del desarrollo nacional, el consenso teórico se ha quebrado al enfrentar la implementación práctica. Hasta cierto punto, se ha cultivado un miedo/rechazo/reproche al sector privado que no aporta soluciones. En lugar de eso, nos divide.
¿Por qué ese estigma? Y, más importante, ¿el sector privado en Cuba puede crecer al punto que lo justifique?
Históricamente, la Revolución de 1959 se fundó en la crítica a las relaciones de producción basadas en la explotación y en la fuerte dependencia del capital extranjero, especialmente estadounidense, características que marcaron la economía cubana de la primera mitad del siglo pasado. En 1968, la llamada Ofensiva Revolucionaria eliminó casi por completo los negocios privados, consolidando un modelo de propiedad estatal dominante que, a la caída del campo socialista soviético, evidenció su agotamiento.
En contraste, otros países socialistas como China y Vietnam emprendieron, a partir de las décadas de 1970 y 1980, reformas profundas orientadas a integrar la iniciativa privada y el mercado. Así, China se ha convertido en la segunda potencia mundial y un actor central de la reconfiguración geopolítica global, mientras que Vietnam aspira a convertirse en una de las 30 principales economías del orbe dentro de cinco años.
Cuba ni siquiera ha emprendido la mitad de las reformas económicas de China y Vietnam. Las leyes actuales mantienen al sector privado de Cuba pequeño por definición. Su expansión tiene fronteras claras. Su crecimiento llega hasta un tope. Parece que hay demasiadas mipymes porque el punto de partida era cero, pero el miedo a que controlen la economía, privaticen todo y vendan al país, además de exagerado y malintencionado, es infundado. Me explico:
Los emprendedores privados en Cuba se quejan de la falta de regulación para promover mipymes, cuentapropistas, cooperativas y otros negocios. Pero hay algo que está perfectamente regulado: sus límites. De esto se habla mucho menos. Vamos a desmitificar la idea de que el sector privado cubano puede desbancar a la empresa estatal y “apoderarse” del país:
Esto es fundamental. La empresa privada, que es el tipo de negocios con mayor potencial de crecimiento, es micro, pequeña o mediana por definición. Una mipyme solo puede alcanzar 100 ocupados. Este tope frena la inversión una vez que alcanzan el tamaño máximo. Será imposible ver en Cuba una “pequeña o mediana” empresa privada con 500, mil o 5 mil empleados y cientos de puntos comerciales a lo largo y ancho del país.
Para los trabajadores por cuenta propia (TCP), la forma de negocio más numerosa, la restricción es mayor: solo pueden contratar hasta tres personas, sean familiares o no.
En el caso de las cooperativas, bajo el principio de que en estas formas organizativas todos los miembros aportan su trabajo, solo pueden........





















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