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Escobita nueva barre bien

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30.11.2025

Ese refrán retrata al recién llegado que, por entusiasmo o por deber, empieza haciendo bien las cosas. Vale para la vida cotidiana y vale, sobre todo, para la política. Cada vez que un nuevo gobierno asume, desenvaina dos espadas que parecen infalibles: “transparencia” y “cero corrupción”. Y para dar la sensación de que esta vez sí, convierten esas palabras en gestos, decretos, anuncios. Todo muy luminoso… al principio.

Verbigracia: en enero de 2006, el nuevo gobierno inauguró su era prometiendo una cruzada implacable contra la corrupción. Creó un Viceministerio anticorrupción. Luego un Ministerio. Promulgó una Ley de Lucha Contra la Corrupción. Y como sello moral, se proclamó a sí mismo “reserva moral de la humanidad”. ¿El resultado? El gobierno más largo… y más corrupto de la historia democrática boliviana.

¿Qué falló? ¿Por qué ni los ministerios ni las leyes lograron evitar el cáncer de la corrupción? Responderé más adelante.

El gobierno que asumió el 8 de noviembre vuelve por el mismo camino: “transparencia”, “cero corrupción”. Perfecto. Para demostrar que quiere ser distinto, el ministro de Economía, Gabriel Espinoza, anunció la publicación diaria y detallada del gasto público. Cumplió.

Pero el jueves, un ciudadano —Carlos Olivera Terrazas— escribió........

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