Pancarta caída
No tanto proclamar sino intentar ser, no tanto aparentar como encarnar. En realidad, se nos han de caer todas las pancartas. Todas nuestras fachadas e imágenes ficticias estaban destinadas a derrumbarse, a permitir que aflorara un alma más desnuda.
Otorgaremos en esta ocasión la razón a Díaz Ayuso, “se les ha caído otra pancarta”. Iñigo Errejón no dejaba de ser un referente de sólida formación y probada cabalidad en medio del deteriorado panorama político español. Cierto, se nos ha arriado una pancarta, pero también debería caer el verbo gratuitamente hiriente de la popular líder madrileña, de tantos otros políticos de nuestro espectro. Cierto, se nos ha caído un significativo icono, tan cierto como que esta catarsis en la órbita progresista no ha de resultar baldía. En realidad, nos estamos desnudando, analizando, recomponiendo; estamos comenzando a conocernos un poquito más. A la postre era lo sustantivo.
Los hechos absolutamente reprobables, que el propio expolítico de Sumar ha reconocido, no deberían hacernos olvidar su contribución en el pasado al progreso de nobles causas. El........
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