Peste porcina africana: una señal de alerta
La reciente aparición de casos de Peste Porcina Africana (PPA) en la península ha reactivado la preocupación social y económica. Para comprender correctamente esta enfermedad hemorrágica altamente contagiosa, causada por un virus de la familia Asfarviridae, es necesario ampliar el foco más allá de la especie afectada.
La PPA no es una amenaza para la salud humana, pero sí es un indicador de algo más profundo: la forma en que nuestro modelo de organización del territorio, la ganadería, el urbanismo, los residuos y el transporte están alterando los equilibrios ecológicos que antes actuaban como barreras naturales frente a las enfermedades.
Más del 60% de las enfermedades emergentes que afectan a humanos tienen origen animal. Son las llamadas zoonosis. Y aunque la PPA no es una de ellas, nace del mismo cóctel de factores que ha favorecido otras enfermedades más cercanas, incluida la covid-19. Ignorarla sería ignorar una advertencia del propio sistema.
Hasta hace pocas décadas, había espacios habilitados y con limitaciones específicas que separaban las granjas y las zonas urbanas de los ecosistemas con predominio de los equilibrios asociados a procesos naturales. Hoy esos límites se han difuminado. Las ciudades crecen ocupando áreas que antes pertenecían a la naturaleza, y la fauna salvaje –como el jabalí– se adapta sin dificultad a este nuevo escenario: se alimenta de residuos, recorre calles y parques, y mantiene densidades anormalmente altas en........





















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