Nuevas pobrezas... y viejas miserias
Sí, nueva pobreza es la expresión que se refiere a personas que se encuentran en una condición de vulnerabilidad, es decir que tienen una trayectoria profesional precaria e inestable o que experimentan una sensación de inseguridad y fragilidad a nivel de las relaciones sociales. Analizando la actual situación económica, los datos más impresionantes son los relativos a la población “casi pobre”, es decir, “relativamente pobre”. Es amargo el panorama que ofrecen los datos después de que las personas están cada vez más expuestas al desempleo y a la crisis económica.
Como escribió Zygmunt Bauman en su Trabajo, consumismo y nuevos pobres (2015), si alguna vez la pobreza estuvo vinculada principalmente al desempleo, hoy está vinculada sobre todo a los niveles de consumo. Y ser pobre en una sociedad consumista, que considera que las elecciones de los consumidores son mucho más cruciales que las habilidades profesionales, significa tener que enfrentar desafíos sociales renovados con una nueva perspectiva ética: bienestar, empleo y marginalidad. Además, el covid acentuó sin duda la desigualdad económica y social. Y la pobreza se ha convertido en un hecho habitual incluso entre la clase media. Se trata de personas que hasta hace poco tenían una vida profesional estable y estaban insertadas en un contexto social normal.
¿Pero quiénes son los nuevos pobres? ¿Cuántos son los que hoy se enfrentan a situaciones de desempleo y precariedad y tienen una trayectoria profesional defectuosa? ¿Qué desafíos tienen que enfrentar? La población sin ingresos laborales, de la que forman parte las personas mayores y la población marginada en general, se encuadra dentro de los perfiles tradicionales de pobreza. Pero hoy, tras la contracción del consumo y la precariedad de las situaciones laborales, la pandemia ha sacado a relucir una nueva categoría de pobres: son las personas que trabajan, empleadas pero con ingresos insuficientes. Parejas jóvenes con hijos........
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