Fortunato Agirre. Goian bego
“No lo pude salvar...” y Manuel Irujo, el león de Nabarra, se llevaba las manos delgadas de pianista y escritor que también fue, a la frente despejada e inteligente que fue la suya, y sus claros ojos se empañaban en lágrimas amargas que el tiempo no lograba rebajar, recordando sus obras de salvamento de miles de personas, pero no pudo rescatar la de su amigo y alcalde, Fortunato Agirre. Con quien desfiló por las calles de su Lizarra natal en favor del Estatuto Basko Nabarro, en los años treinta del siglo XX, creyendo de buena fe y mucha esperanza, que se podía palpar el cielo con las manos y transformar los viejos sueños baskones en nuevas realidades. No fue posible, acontecido el golpe militar de julio de 1936, Fortunato Agirre fue detenido y encarcelado, condenado con la frase que se escurrió en los ánimos amedrentados por el poder de las armas, que no de la ideología... “ni San Miguel te salva”. Fusilado en la tapia del cementerio de Tajonar, abandonando su cuerpo a la avidez de las aves carroñeras. Por ellas fue encontrado, ante la extrañeza de su presencia, por un pastor. Descubierta su identidad por su anillo de alcalde aferrado a sus dedos, se advirtió del hecho doloroso a su esposa Elvira. Agirre no era tan solo un alcalde honorable de Lizarra, sino........
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