Crisis total (y 2)
Una crisis total no puede ser manejada sectorialmente, por partes, aisladamente, sino que requiere que todos los agentes se impliquen. Y aquí nos topamos con la gran dificultad. Nuestro entramado institucional no está preparado para hacer frente a la situación.
En la modernidad se produjo un largo proceso que los sociólogos han denominado de diferenciación y en virtud del cual los sistemas sociales (la ciencia, la economía, la salud, el derecho, la política…) se rigen de acuerdo con una lógica propia y dejan de estar subordinados a otro. Esta diferenciación es la causa de muchos de nuestros progresos (un arte sin censura moral, una política no sometida a la religión, una ciencia sin directrices políticas...), pero también la razón de que nos esté resultando tan difícil la visión de conjunto, la coordinación entre diversos actores o la consideración de las externalidades negativas que cada uno de esos sistemas produce (una economía que contamina, una política oportunista, una ciencia que se especializa tanto que olvida las grandes preguntas y no atiende a las prioridades sociales). Todos esos sistemas parecen incapaces de moderar el desequilibrio que su crecimiento ilimitado produce en otros o en el conjunto de las interdependencias. La sociedad moderna no quiere renunciar a la autonomía de sus partes, pero es incapaz de orquestar esas partes de modo........





















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