La pesadilla de Florentino
Xavier Bosch
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Último sábado de octubre. Palco del Bernabéu. Minuto 84. Discretamente, el presidente del Real Madrid toca la rodilla del presidente del Barça con su mano izquierda. Sin mirarle, resignado y educado, Florentino le espeta: “muy bien”. Era la claudicación blanca en el Clásico. Era la rendición. La certeza que, esa noche, con 0-4 y con seis minutos por jugar, perderían el primer encuentro de Liga tras una racha de 42 partidos invictos. Los aficionados blancos habían asistido a un baile del Barça, que jugó con ocho canteranos, con dos jugadores de 17 años y con un Lamine Yamal que ya es un fenómeno mundial. Ya ganó la Eurocopa con España, ya es el octavo mejor jugador del planeta, ya es el segundo Clásico que juega en el Bernabéu y ya es el futbolista más joven en marcar en un Madrid-Barça o viceversa. De hecho, el pasado año ya marcó un gol que Soto Grado se tragó mientras el VAR, con nocturnidad y alevosía, decidió apagar la cámara para no tener que confirmar que el balón había rebasado la línea de la felicidad culé.
Para más inri, en la espantada blanca de la gala del Balón de Oro, a Lamine Yamal no solo le coronaron con el Trofeo Kopa como mejor joven del mundo, sino que Drogba y Gullit le compararon con Messi. Casi nada. Y esta es la pesadilla que tiene Florentino. Tras más de 15 años esperando para que Messi dejase el fútbol o se fuese del Barça, cuando finalmente suspiró por la todavía hoy incomprensible decisión de........
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