Datos, gráficos, notas de prensa, informes… La comunicación corporativa está llena de todo eso. Correcta, funcional… y olvidable. Pero ¿y si pudiera ser diferente? ¿Y si en lugar de aburrir, emocionara? Algunas marcas ya lo están haciendo. Han dejado atrás los clichés y han apostado por la creatividad para transformar mensajes fríos en historias que conectan.

En un mundo hiperconectado, los límites entre la comunicación corporativa y la de marca se han difuminado. Las audiencias ya no están confinadas a canales tradicionales; ahora interactúan con las empresas en redes sociales, campañas publicitarias y movimientos ciudadanos. Los consumidores exigen sostenibilidad, diversidad y transparencia. Ya no basta con informar; las marcas deben demostrar sus valores de forma auténtica y relevante.

Por ello, la creatividad ha dejado de ser opcional para convertirse en esencial. Las audiencias buscan algo más que datos: quieren inspiración, acción y propósito. Para destacar, una iniciativa debe combinar originalidad con planificación estratégica. Cuando ambas se alinean, el resultado es una herramienta poderosa para construir vínculos reales y duraderos.

Pero, mejor, veámoslo en la práctica. Aquí te dejo ejemplos magistrales (algunos nuestros, perdón por el autobombo) de quienes entendieron bien este planteamiento y lo llevaron a la acción rompiendo moldes: 

No puedo empezar esta lista sin hablar de Apple y su «Mother Nature». Creo que a todos los que nos dedicamos a la........

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