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Corona Capital 2011: Lo mejor está por venir

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Por primera vez, México tiene un festival de verdad. Aunque en la última década la cantidad de de bandas foráneas que se presentan en nuestro país ha crecido de manera exponencial y son cada vez más los promotores que traen a esos conjuntos, hasta ahora no había existido un festival fuera del Vive Latino que tuviera más de dos escenarios (el MxBeat, que tanto extrañamos muchos de nosotros y que era increíble, sólo tenía un escenario y una carpa de electrónica, mientras que el Goliath, que sí tuvo cuatro escenarios, tuvo una selección de bandas espantosa, que incluía a bandas de las que nunca he vuelto a escuchar y que eran tan diferentes la una de la otra que llevó al público fresa a aventarle botellas a Thievery Corporation para que dejaran de tocar y salieran al escenario los Black Eyed Peas.) y en el que se sintiera ese ambiente que tienen los grandes festivales, en los que hay tantas bandas buenas que no sabes ni cuál escoger, en los que los días parecen durar lo mismo que unas vacaciones de verano y que dan ganas de repetirlo todos los fines de semana (si no fuera tan cansado). 

Todas las fallas principales que existieron el año pasado fueron resueltas, y ahora el sonido se escuchó excelente en casi todas las ocasiones; la comida y la cerveza no se acabaron; las colas en los baños eran mínimas o inexistentes y siempre te podías sentar a comer, ya sea en las mesas de Corona o en el alfombrado que pusieron en las áreas de comida para no tener que comer pizza con polvo. Por supuesto, el festival no fue perfecto, y hay cosas que se pueden mejorar (hacer, por ejemplo, un intento de que se abra el metro hasta más tarde, porque es un infierno tratar de salir y conseguir una manera de regresarte sin que sea absurdamente caro (peseros de $40, taxis de $200); poner más bandas al final (porque no todos querían ver a Portishead) y otras que no (el lugar, que aunque está padre tiene el terreno muy irregular, y el caminar por la pista hacia el escenario Capital en “hora pico” es horrible)pero definitivamente fue un gran día, de esos que hacen que te cambie el estado de ánimo por el resto de la semana. Ojalá el próximo año, en el que durará dos días, el festival sea aún mejor.

 

Wavves

A pesar de todavía ser temprano (1:50 p.m.) y de que algunos escenarios apenas estaban por recibir a su primera banda (como el Corona, que fue inaugurado por Torreblanca), Wavves fue el quinto grupo en presentarse en el Bizco Club, escenario que desde las once empezó a tener música. Contrario a los pronósticos, el cielo estaba increíblemente despejado y hacía bastante calor, clima ideal para la música de Nathan Williams y su conjunto, un surf pop ruidoso cuyas letras hablan sobre lo que es un ser un adolescente en los suburbios sin nada qué hacer más que estar aburridísimo, pachequísimo, fantaseando con conocer al vocalista de tu grupo favorito, o pasándola bien en la playa.

Escuchado: Varias personas enojadas, a los vendedores de cervezas: “¿Qué pedo, qué no este es un festival de Corona? ¿Entonces por qué no venden chelas?” La venta de cerveza empezó hasta las tres de la tarde.

Olor a marihuana: Sorprendentemente poco y fugaz, más aún tomando en cuenta que era Wavves quien tocaba.

 

El Columpio Asesino

Poco a poco, los hermanos Arizaleta y el resto de El Columpio Asesino han ido forjando una sólida base de fans en nuestro país; tanto así, que hace poco Álbaro, baterista y........

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