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Centenario de Manuel Ponce

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07.07.2025

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Dos libros excepcionales: Subordinaciones de Carlos Pellicer (Jus, 1949) y El jardín increíble de Manuel Ponce (Jus, 1950) fueron reeditados cincuenta años después: Subordinaciones (Fondo de Cultura Económica, 1999) yEl jardín increíble (Jus, 2000). Además de esa curiosa coincidencia, tienen otra: la visión religiosa de la naturaleza.

En la selva de Pellicer, lo natural se vuelve connatural. Recuerda la fraternidad de San Francisco con todas las criaturas:

Cuando a un árbol le doy la rama de mi mano,

siento la conexión y lo que se destila

en el alma cuando alguien está junto a un hermano.

En el jardín de Ponce, lo natural se vuelve sobrenatural. Recuerda a los místicos arrobados por la luz entre los árboles:

Callamos por la luz que se rebana,

por la hoja que se ha distraído

y cae.

El jardín increíble fue reeditado en la colección de Clásicos Cristianos, con dos buenos textos de presentación: “La teofanía enEl jardín increíble” de Javier Sicilia y “Poesía y revelación” de María Teresa Perdomo, autora de La poesía de Manuel Ponce (Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1994), libro que recoge mucha información y entra acertadamente a lo más difícil de todo: el análisis literario de los poemas.

Ponce nació en Tanhuato, Michoacán, el 15 de febrero de 1913 y murió en la ciudad de México el 5 de febrero de 1994. Como Pellicer, no le daba importancia a las fechas exactas. La Academia Mexicana de la Lengua preparaba Semblanzas de académicos: Antiguas, recientes y nuevas  (FCE, 2004) y, al encargarme la de Ponce, me entregó su currículo, que discrepaba de la información que él mismo me había dado sobre su nacimiento (y no objetó cuando la publiqué). Se me ocurrió buscar el acta de nacimiento en Tanhuato, que no existe porque entonces no había registro civil; pero obtuve la partida de bautismo, gracias a la eficacia de la parroquia: la pedí por teléfono y me la enviaron por correo.

A continuación, corrijo errores. Nació el 15, no el 19. Le pusieron J. Manuel Salvador. Sus padres fueron Lorenzo Ponce (que murió cinco años después) y María Josefa Zavala. Sus padrinos, Manuel Cerrato y María Hernández Martínez; no el párroco del lugar, José C. Figueroa, que él recordaba como padrino (y quizá lo fue de confirmación, o de primera comunión, o simplemente de protección al niño huérfano). Entró a los once años, no a los trece, al Seminario de Morelia, según los registros escolares que fue a ver la doctora Perdomo. Ella también verificó que la fecha de ordenación fue el 15 de noviembre de 1936, no el 8 de diciembre; aunque esta fecha figura en el folleto que celebró susBodas de oro sacerdotales (Libros de México, 1987). Pero la discrepancia en este caso se explica, porque se trata de dos liturgias distintas:........

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