Que si eso es el amor: la vida de Alma Mahler
Nombre de usuario o dirección de correo
Contraseña
Recuérdame
Escucha la playlist que preparamos para acompañar este artículo.
Cate Haste
Alma Mahler. Un carácter apasionado
Traducción de Marta Bru de Sala
Madrid, Turner, 2020, 424 pp.
Alma Mahler
Recuerdos de Gustav Mahler
Traducción de Isabel Hernández
Barcelona, Acantilado, 2007, 368 pp.
A menudo se ha visto a Alma Mahler (1879-1964) como una mujer manipuladora, hambrienta de atención y reconocimiento, autora de escritos poco fidedignos, sexualmente insaciable, cuyo mayor mérito fue haberse casado con algunas de las mejores mentes de su generación. En la canción “Alma”, estrenada un año después de su muerte, Tom Lehrer sintetiza el currículum que la haría famosa: “Alma, cuéntanos, / todas las mujeres modernas están celosas: / ¿cuál de tus varitas mágicas atrapó a Gustav, a Walter y a Franz?”, “Mientras estaba casada con Gus [Mahler] conoció a Gropius, / y se balanceó pronto con Walter”, “Mientras estaba casada con Walt conoció a Werfel, / y él también quedó atrapado en su red”. La nómina de sus relaciones no se limitó a aquellos tres: Gustav Klimt le dio su primer beso, Paul Kammerer la amenazó con pegarse un tiro sobre la tumba de Gustav Mahler si ella no le hacía caso, Oskar Kokoschka le pidió matrimonio porque, de lo contrario, “mi gran talento acabará desperdiciado y se echará a perder”. Hans Pfitzner insistía que solo compondría su mejor obra si Alma se iba a vivir con él.
Desde su juventud, cuando fue nombrada “la chica más bella de Viena”, nunca faltó en su vida un poeta,
((Según Alma, un poeta de 37 años llamado Albert Trentini estaba conversando tranquilamente sobre su libro con ella cuando, de pronto, “se arrodilló ante mí, colocó su cabeza en mi regazo y rompió a llorar”
))
un sacerdote
((“¿Acaso un pequeño e insignificante cura puede hacerme perder la compostura?”, dice Alma sobre Johannes Hollnsteiner, un sacerdote de 38 años que “me ve de forma distinta y me siento bendita por ello”.
))
o una amiga cercana
((Lilly Lieser, que se convertiría en mecenas de Schönberg, se le insinuó sexualmente
))
que se lanzara a sus pies y, al mismo tiempo, una suerte de leyenda negra se fue asentando a partir de las opiniones poco favorables de William Ritter,
((“Alma no sentía ni una pizca de piedad por el genio [Mahler] que postrado y enteramente absorto en su trabajo, estaba prácticamente muriendo de amor a sus pies”, opinaba Ritter.
))
Guido Adler, Alfred........© Letras Libres
