La Revolución Cultural de Chávez
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De todas las revoluciones oficiales, la cultural siempre es la más sospechosa. Peor aun si, además de revolución cultural, el decreto incluye que también sea "bolivariana" y "liberadora". Casi nada. Y todo por el mismo precio.
La palabra proceso vive tiempos de uso (y abuso) frecuente en Venezuela. Con gusto, Nabokov propondría obligatorias comillas para tratar de estrujarle algún contenido al término. Como adivinan: el proceso es todo. Que es lo mismo que decir: el proceso es cualquier cosa. O nada. O un tan siquiera que ya ni se pronuncia y, levemente, puede vagar sobre la inocencia de tres puntos suspensivos. Sin embargo, con euforia o en silencio, después de dos años de gobierno, el proceso por fin ha llegado a la cultura.
Suelen las revoluciones requerir protagonistas con egos inflamables, tentados siempre por las más diminutas miserias de su vanidad. Sólo así se entiende que el cambio de nómina en los más importantes cargos del sector cultural del Estado venezolano se bautice pomposamente como la "revolución cultural". El intelectual venezolano Simón Alberto Consalvi,........
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