La frontera natural
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Se rellena las orejas con los auriculares y se sienta. La piel de la cara es una frontera natural de su existencia y no trasluce signos. El vagón está lleno pero él no se inmuta. Ve y no distingue, sus ojos repelen las imágenes una tras otra: la membrana de los ojos también es una frontera natural.
A solas con la música, que va y viene por su cabeza en una operación de continua recarga. Todo es superlativo en el interior: el calor es calor de verdad, el olor no varía, no hay ninguna........© Letras Libres
