Amnistía y división, la herencia de Sánchez
Pedro Sánchez es una especie de rey Midas al revés: en vez de convertirlo en oro, arruina todo lo que toca. Flirteó con Albert Rivera, que se quedó compuesto y sin partido; se acostó con Pablo Iglesias y el coletas ha tenido que raparse y meterse a tabernero; a Yolanda Díaz le puso un piso —perdón, un despacho— en Trabajo y acaba de dimitir como líder de Sumar, aunque mantiene la okupación del ministerio; el PNV le dio su apoyo en la moción de censura y casi sufre el sorpasso en el País Vasco. Con Sánchez, los únicos que prosperan son Bildu y Vox, los dos extremos ultras de la política española. Hasta sus socios catalanes han salido escaldados en las recientes elecciones del 12-M y le plantean el enésimo chantaje para que les deje gobernar. No les llega con la ley de........© La Voz de Galicia
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