Hay pocas cosas más devastadoras que desmantelar una casa en la que fuiste feliz. Casi siempre hay por el medio una muerte que duele, así que esa mudanza adquiere un tono solemne y terrible, porque muy pocas veces se tiene consciencia de que la vida son etapas que se cierran a base de despedidas y pérdidas. Paco Roca relató ese proceso en La casa, que ahora lleva al cine Álex Montoya con una elegancia melancólica que te golpea. Tres........

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