La política no es un juego
Tú escribe lo que veas que la historia ya dirá lo que ha ocurrido. Es un consejo que me dio Manu Leguineche ante la carnicería humana en descomposición que contemplábamos en la vasta desembocadura de los ríos Tigris y Éufrates, que entregan sus aguas conjuntamente en el golfo Pérsico. La guerra entre Irán e Irak en los años ochenta causó más de un millón de muertos. Las palmeras en cuyo entorno la Biblia sitúa el paraíso terrenal estaban tronchadas por el fuego entrecruzado de largos meses de combate. El hedor de cadáveres tiernos y antiguos era transportado por la suave brisa con temperaturas superiores a los treinta grados.
Leguineche y otros legendarios corresponsales que, como Pérez-Reverte, Tomás Alcoverro, Bob Fisk, Kapuscinski, Eugeni Xammar o Vasili Grossman, por citar solo algunos, no fueron conscientes de la magnitud de las desgracias que escribían hasta que tiempos después historiadores locales o globales construyeron relatos más o menos fidedignos para hacerse una idea de lo que había pasado. Lo mismo ocurre con las revoluciones o los........
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